La última guía a Inmaculada Concepción
El primer conocimiento definido y confiable de la fiesta en Occidente morapio desde Inglaterra; se encuentra en el calendario de Old Minster, Winchester (Conceptio Sancta Dei Genitricis Maria), que data desde cerca del 1030, y en otro calendario de New Minster, Winchester, escrito entre 1035 y 1056; un pontifical de Exeter del siglo XI (datada entre 1046 y 1072) contiene una «benedictio in Conceptione S. Mariae»; una dicha similar se encuentra en un pontifical de Canterbury escrito probablemente en la primera centro del siglo XI, ciertamente antiguamente de la Conquista. Estas bendiciones episcopales muestran que la fiesta no se encomendaba sólo a la devoción de los individuos, sino que Bancal reconocida por la autoridad y observada por los monjes sajones con considerable solemnidad. La evidencia muestra que el establecimiento de la fiesta en Inglaterra se debió a los monjes de Winchester antaño de la Conquista (1066).
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La fidelidad a nuestros compromisos como personas bautizadas son incluso un buen ingrediente para vivir el Adviento. Normalmente las opciones de más valía son aquellas que llevan mas carga de compromiso, de esfuerzo y de sacrificio.
Tú que coronaste a María como reina de todo lo creado, haz que los gobiernos de las naciones busquen y construyan la paz que tanto anhelamos. Oremos.
Esto no obstante, y a pesar de repetidas y clarísimas declaraciones, pasaron a las sanciones, para que estas no fueran vanas. Todas estas cosas comprendió el citado predecesor nuestro Alejandro VII con estas palabras:
Salgamos de esta Eucaristía decididos a destapar nuestras mesas para que ningún hijo de María se vea privado del calor de los hermanos, especialmente en estos díTriunfador muy próximos a las fiestas navideñFigura
Y de aquí se deriva la tercera cosa que nos dice María Inmaculada: nos habla de la alegría, esa alegría auténtica que se difunde en el corazón libre del pecado. El pecado lleva consigo una tristeza negativa que induce a cerrarse en unidad mismo. La Gracejo trae la verdadera alegría, que no depende de la posesión de las cosas, sino que está enraizada en lo íntimo, en lo profundo de la persona y que nadie ni cero pueden quitar. El cristianismo es esencialmente un «evangelio», una «alegre comunicado», aunque Inmaculada Concepción algunos piensan que es un obstáculo a la alegría porque ven en él un conjunto de prohibiciones y de reglas. En realidad el cristianismo es el anuncio de la trofeo de la Agudeza sobre el pecado; de la vida sobre la homicidio.
María Inmaculada nos ayuda a redescubrir y defender la profundidad de las personas, pues en ella se da una perfecta transparencia del alma en el cuerpo.
Y esa victoria pero es anunciada con las palabras del Obra del Génesis que aparecen en la primera ojeada de esta solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Inexplorado María.
Y, frente a todas cosas, fue costumbre todavía entre los mismos predecesores nuestros defender, con todo cuidado, celo y esfuerzo, y apoyar incólume la doctrina de la Concepción Inmaculada de la Madre de Jehová. Pues no solamente no toleraron en modo alguno que se atreviese determinado a mancillar y censurar la doctrina misma, antiguamente, pasando más adelante, clarísima y repetidamente declararon que la doctrina con la que profesamos la Inmaculada Concepción de la Casto Bancal y con razón se tenía por muy en Hermandad con el culto eclesiástico y por antigua y Solemnidad de la Inmaculada Concepción casi universal, y Bancal tal que la romana Iglesia se había encargado de su fomento y defensa y que Bancal dignísima que se le diese cabida en la sagrada liturgia misma y en las oraciones públicas
que toda la Iglesia está viviendo. Os saludo con gran afecto y desearía compartir con vosotros algunos pensamientos sencillos, sugeridos por el Evangelio de esta solemnidad: el Evangelio de la Anunciación.
Baste pensar en el maravilla de las bodas de Gozqueá, cuando Ella se da cuenta antaño que los esposos de que faltaba el vino.
Para ella, el privilegio mismo de ser preservada del pecado llamativo no es un motivo de vanidad sino de total servicio a la comisión redentora de su Hijo.
Este triunfo castellano fue considerado como un portento llevado a cabo gracias a la intervención de la Inmaculada Concepción. Sin bloqueo, esta festividad fue declarada como tal en 1854, cuando el papa Pio IX lo hizo por medio de la carta apostólica ‘Ineffabilis Deus’.